Los sistemas de pago han evolucionado a tal punto que el uso del dinero en efectivo cada vez se vuelve menos necesario, gracias a los avances tecnológicos podemos manejar nuestras finanzas de manera remota desde una app móvil, como por ejemplo pagar con QR, utilizando monederos electrónicos, entre muchas otras funciones digitales que priorizan la seguridad de nuestros fondos.
En el caso de las criptomonedas se han diseñado diferentes tipos de monederos para almacenar y proteger los activos, siendo los monederos digitales y físicos los más habituales. Para este último, la premisa es que son monederos de hardware eficientes que pueden proteger los criptoactivos a mayor nivel que los digitales. Sin embargo, debes saber que no son 100 % seguros, ya que existen posibilidades que, por muy pequeñas que sean ponen en riesgo los fondos del propietario.
En este apartado estaremos conociendo un poco sobre los monederos físicos de criptomonedas y cómo funcionan según su tipo, de manera que tengas una idea en caso de que planees invertir en estos dispositivos.
Monederos de hardware de criptomonedas Vs Monederos de software de criptomonedas
Los monederos físicos o de hardware son dispositivos de almacenamiento de claves independiente y se consideran como la solución de almacenamiento de criptomonedas más fiable. Este dispositivo especial se encarga de firmar todas las operaciones del propietario en la cadena de bloques sin conexión, lo cual aparenta ser mucho más seguro que las aplicaciones de ordenador o el almacenamiento en línea. Esto se debe a las constantes noticias sobre hackeos y quiebras de plataformas de intercambio de criptodivisas online que salen a la luz cada mes.
No obstante, por muy razonable que suene, no puedes confiar en proteger todas tus inversiones al 100 % con el simple hecho de disponer de un monedero físico, puesto que los propietarios también se mantienen vulnerables a una serie de ataques.
Tipos de monederos físicos o de hardware
Por lo general, los monederos de hardware de criptomonedas tienden a parecerse a los dispositivos de memoria USB, con la diferencia de que estos cuentan con una pantalla que le permite al propietario comprobar sus transacciones.
Para firmar una transacción el propietario solo tendrá que conectar el monedero a un ordenador o teléfono inteligente, proceder a iniciar la transferencia desde la computadora o smartphone, comprobar la información en la pantalla del dispositivo y confirmar la acción ingresando el código PIN o simplemente presionando un botón.
La ventaja más notoria de este tipo de monederos es que pueden firmar operaciones sin necesidad de enviar la clave privada del propietario al ordenador, manteniendo así protegidos los datos de los simples mecanismos de robo.
Además de esto, muchos monederos cuentan con funciones adicionales que pueden ser usadas como claves de hardware para ejecutar la autenticación en dos pasos.
Otros monederos suelen parecerse a las tarjetas bancarias, mientras que unos pocos más se asemejan al formato de “teléfono sin conexión”, siendo de los menos comunes. Para estos últimos casos los dispositivos disponen de una pantalla totalmente funcional y son capaces de firmar transacciones mediante el escaneo de un código QR.
Muchos de estos modelos no cuentan con más puertos que el del cargador, lo que evita posibles conexiones con el mundo exterior, a excepción de la cámara y la pantalla.
En cuanto a los riesgos, el más obvio que puede presentar el propietario de un monedero físico de criptomonedas es la posibilidad de perder el dispositivo. Para proteger el monedero contra un uso desautorizado, en caso de pérdida, el propietario deberá usar un código PIN o datos biométricos, los cuales deben estar previamente activados en el monedero.
A diferencia de los teléfonos y las tarjetas bancarias, el dispositivo permite usar PIN largos de hasta 50 dígitos en algunos modelos, y mientras más largo sea el código, menos probabilidad de amenaza habrá.