Las estafas más comunes ligadas a la telefonía celular

Los fraudes cometidos a través de una llamada de teléfono o mensaje de texto deben ser tomados en serio, pues cualquiera que no conozca esta modalidad de robo puede caer fácilmente y perder enormes cantidades. Un click a un link desconocido puede ser la puerta por la que los delincuentes acceden a la información que necesitan.

El avance en la tecnología también ha hecho que las personas mal intencionadas refinen sus métodos de robo, haciéndolos pasar por legítimos mensajes o llamadas que podrían convencer a muchos.

Ahora hablaremos un poco más de los intentos de fraude que suceden por medio de telefonía celular.

La psicología detrás de las estafas por teléfono

Un fraude de este tipo necesariamente juega con las emociones de las personas, pues sería muy raro que alguien acceda a dar información o entrar a links si no tienen un verdadero motivo. Desafortunadamente esto hace que la experiencia se vuelva traumática por la carga emocional y la pérdida económica de las víctimas.

Emoción por recibir algo. Puede ser un premio, un regalo o recargas telefónicas; en estos casos se crea una emoción alegre y un tanto eufórica en quienes desean obtener cosas gratis con el mínimo esfuerzo. En esos momentos las personas se olvidan que ni siquiera han entrado a un concurso, lo que quieren es hacer lo necesario para recibir su regalo

Sentido de urgencia. Ya sea usando un incentivo falso que genere el deseo de obtener algo, o la intimidación mediante una amenaza, los delincuentes hacen creer a las personas que tienen poco tiempo para tomar una decisión, y orillan a las víctimas a actuar de forma que los estafadores obtengan lo que quieren.

Miedo a perder dinero. Cuando alguien recibe una llamada o mensaje diciendo que es posible que su dinero esté en peligro, esa persona querrá actuar de manera inmediata para evitarlo y en la mayoría de los casos su mente se nublará. Para esto, los delincuentes se hacen pasar por representantes de instituciones de confianza para que las personas no duden de ellos y es así que obtienen lo que buscan.

Miedo a tener problemas con la autoridad. Por medio de mensajes o llamadas advirtiendo de un problema, principalmente de deudas con el gobierno, instituciones bancarias, prestamistas u otras empresas, se intimida a la víctima quien, por evitar un problema, decide solucionarlo ya sea dando dinero o accediendo a portales fraudulentos de internet.

Intimidación. En otras palabras, es la extorsión, sin disfraz de oveja. Ésta se presenta como un lobo que busca, generalmente por medio de amenazas falsas, obtener dinero de las víctimas para evitar que no se sufra algún daño.

Fraudes y robos por medio de teléfono para estar alerta

Mensajes de texto fraudulentos

La lista para categorizar este tipo de mensajería puede ser muy larga, pero para resumir el concepto te podemos decir que cualquier mensaje que recibas donde se te pida ingresar a un link para obtener un beneficio, o peor, para reclamar un premio, tiene grandes posibilidades de ser malicioso y robarte información en caso de caer.

Desde luego que si vemos un mensaje que diga “Has ganado un millón de pesos, da click aquí para reclamarlo”, nuestras alertas se dispararán enseguida, pero a veces son los mensajes más sutiles los que nos pueden hacer caer, por ejemplo “tu paquete no pudo ser entregado, para cambiar fecha de entrega o verificar el número de guía entre aquí”; ahora que todos estamos comprando más por internet, es fácil caer en un momento de ingenuidad y dejar que otros tengan acceso a nuestra información. 

Llamadas perdidas

Devolver una llamada perdida puede salir muy caro si se hace a un número de estafa. Si recibes una llamada perdida de un número con clave desconocida, no la devuelvas, éstas provienen de países extranjeros que te cobrarán por realizar las llamadas.

Sitios falsos de recargas telefónicas.

Actualmente es muy fácil hacer recargas telefónicas, puedes hacerlo desde tiendas de conveniencia, pequeños comercios, banca electrónica, etc. Solo asegúrate de estar entrando a un sitio oficial y seguro. 

Podrías toparte en internet con páginas que replican el diseño completo de una empresa de telefonía, y pensando que están recargando tu teléfono, en realidad estás dando tu número y datos de tarjetas de crédito a delincuentes. Mejor acude a tus proveedores de servicio oficiales.

Pagar para recibir un premio

Ningún concurso legal te pedirá que compres o pagues algo para poder recibir un premio, y dejando la ingenuidad a un lado, no vas a ganar ningún concurso si ni siquiera has participado en alguno, así que no esperes ni te emociones por recibir un mensaje que has ganado algo, ya sean $200 o $200,000 pesos.

Evita pensar “no pierdo nada con dar click”, pues aunque suene tentador cobrar un regalo, en realidad sí tienes mucho que perder si entras a un link malicioso. Tampoco creas que por compartirlo entre 10 contactos será verdad, te están engañando y puedes hacer que otras personas pierdan dinero.

Otra forma real en la que los delincuentes utilizan esta modalidad, es estar en contacto directo con las posibles víctimas por medio de llamadas telefónicas, mediante las cuales aseguran grandes premios como automóviles, pero para reclamarlo, se necesita hacer un depósito en efectivo, comprar una tarjeta de regalo o hacer recargas telefónicas. Sólo recuerda, si no has participado en algún concurso, es imposible que ganes uno.

Deudas con el gobierno

Es muy fácil diseñar un sitio web para que se parezca a otro, incluido un portal oficial del gobierno. Así mismo, un mensaje bien redactado puede hacer que cualquiera piense que proviene de una fuente legítima. Una modalidad de fraude es aquella en la que se recibe una notificación de falta de pagos, puede ser de impuestos, recibos de servicios, contratación de telefonía, etc.

De esta forma se juega con las emociones de las personas quienes no quieren estar endeudadas y pueden, desafortunadamente, hacer pagos o brindar información a grupos delictivos.

En conclusión

Ante cualquier mensaje o llamada sospechosa, lo mejor es colgar o cerrarlo y evitar que el miedo o las emociones se apoderen de uno. Hace falta un poco de sentido común para entender que las cosas buenas no aparecen tan fácil y otro poco de temple para evitar que los problemas nos cieguen y actuar de forma irracional. Un lapso de ingenuidad le puede suceder a cualquiera y es mejor que estés preparado para una situación de este tipo.

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