Sufrir un accidente de tráfico es traumático. Sus consecuencias pueden ser graves para la salud e integridad de los ocupantes del vehículo, pero siempre son traumáticas para los involucrados. Sea un accidente de tráfico con consecuencias graves o no, se haya producido por distracción o por culpa, siempre se abren una serie de reclamaciones al seguro y a los conductores involucrados en el siniestro.
Cuando ha sufrido un accidente de tráfico, la mejor forma de defender sus derechos y conseguir la indemnización más adecuada a los daños sufridos es poder contar con el apoyo y soporte de bufete de abogados especialistas en accidentes de tráfico que le represente en todo el proceso de reclamación. La mejor forma de poder centrarse en la recuperación física y psicológica del accidente es precisamente contando desde el primer momento con un letrado que se encargue de librarle de esa carga burocrática y le permita, así, únicamente centrarse en volver a la normalidad.
La reclamación en los casos de accidentes de tráfico es mucho más que una reclamación económica. Está claro que cuando alguien ha sufrido una lesión, o una pérdida por causa de un siniestro, su objetivo es recuperarse y sanar y no hay dinero suficiente para compensar ese hecho. Sin embargo, no existe otra forma de resarcir esa pérdida que no sea con una adecuada indemnización económica. Es aquí donde la experiencia de su abogado juega un papel fundamental.
Contratar a un abogado especializado en accidentes de tráfico es el primer paso para conseguir una indemnización justa y que las preocupaciones económicas no tengan que acosar tu futuro.
Su abogado le ayudará a recuperar los daños económicos debidos al accidente y el reembolso de los gastos médicos relacionados con su curación. La indemnización que reclame sólo busca compensar todos estos problemas y no un enriquecimiento a costa del accidente de tráfico.
Además de la reclamación de la indemnización por los daños producidos, en muchos casos el accidente de tráfico puede ser consecuencia de la comisión de delitos contra la Seguridad del Tráfico. Conducir con exceso de velocidad, bajo los efectos del alcohol o de las drogas, o conducir sin carnet o con el carnet retirado, son conductas tipificadas como delito y por lo tanto pueden llevar a la imposición de la pena prevista por el Código Penal.
Además, la conducción con temeridad manifiesta o poniendo en peligro la vida de los demás usuarios de la vía será castigado por sí sólo como delito. Si además esa conducción temeraria hubiera ocasionado el resultado de daños materiales, lesiones físicas o fallecimiento de alguno de los implicados, el responsable penal será además responsable civil y por lo tanto deberá afrontar el pago de las indemnizaciones que en el seno del procedimiento penal se hubieran fijado para resarcir a las víctimas.
